​El sábado 2 de febrero varios de los maestros del Colegio San José Obrero asistimos al curso: “Neuroeducación en el aula de la teoría a la práctica”. El curso trataba algunos aspectos relacionados con el funcionamiento del cerebro, su relación con la materia educativa y algunas posibles estrategias para ser llevadas al aula.

El cerebro en relación con el aprendizaje se regula a través de tres funciones ejecutivas básicas: memoria de trabajo (la que se utiliza justo en ese momento), control inhibitorio (autocontrol de impulsos) y flexibilidad cognitiva (la capacidad del individuo a adaptarse a nuevas situaciones). Estas funciones ejecutivas deben desarrollarse a través de un planteamiento integral y de tareas que trabajen todas las capacidades del individuo: cognitivas, afectivas, físicas y sociales.

Tal es la importancia de esa concepción integral del individuo que existe un estrecho vínculo entre el afecto/emoción y la posibilidad de desarrollar la capacidad cognitiva, siendo muy importante que una situación de armonía emocional para desarrollar aspectos cognitivos. Por lo tanto, antes de poder llevar a cabo cualquier aprendizaje es muy importante partir de una actitud lo más positiva posible del individuo.

Por otra parte, se trataron varios temas de interés relacionados con la material educativa. Por poner algunos ejemplos: la curva de atención, donde al inicio de la sesión es mayor, después va disminuyendo y al final de la clase vuelve aumentar hasta llegar al nivel inicial. Esto podría indicar que los modelos de sesión focalizados en tratar los contenidos más complejos al principio, seguido por un trabajo más automatizado y acabar la sesión haciendo una recopilación de los temas tratados, pueden mejorar la interiorización de los aprendizajes del alumnado a medio-largo plazo.

De cara al ámbito familiar y más relacionado con las actividades que hace el alumnado fuera de la escuela, se han mencionado tres aspectos interrelacionados pero que a la vez se debería trabajar cada uno de ellos de manera explícita: actividad física, sueño y alimentación. Todos ellos influyen al rendimiento académico (y a muchos otros ámbitos de la vida). Algunos de los consejos serían: el realizar al menos 1 hora de práctica diaria de actividad física, dormir sobre 9-11 horas al día respetando los ritmos circadianos y comer adecuadamente, evitando alimentos procesados y teniendo una rutina de horarios.

Desde estas líneas, agradecer el apoyo recibido por el AMPA para poder asistir al curso y su interés por tener en el colegio un profesorado adecuadamente formado y preparado.